BTX.NVIC

  • DBU
  • ELB
  • EU
  • GNB
  • HFA
  • LUT
  • MENG
  • NeÜ
  • NGÜ
  • NLB
  • SLT
  • ZB

1.Korinther 3 | La Biblia Textual Nueva Versión Internacional (Castellano)

1.Korinther 3 | La Biblia Textual

Las obras del creyente

1 Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en el Mesías. 2 Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no erais capaces, ni aún ahora sois capaces. 3 Porque aún sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales y andáis como humanos? 4 Porque cuando alguno dice: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo, de Apolos, ¿no sois humanos? 5 ¿Qué, pues, es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores por medio de los cuales creísteis, y eso según dio el Señor a cada uno. 6 Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo da Dios. 7 Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que está dando el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una sola cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque somos colaboradores de Dios; y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, como perito arquitecto puse un fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno vea cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesús el Mesías. 12 Si sobre el fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; 13 la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la mostrará, pues con fuego está siendo revelada, y el fuego probará la clase de obra de cada uno. 14 Si la obra de alguno que sobreedificó, permanece, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; si bien él mismo será salvo, aunque así como a través del fuego. 16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios, y el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el santuario de Dios es santo, el cual sois vosotros. 18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa ser sabio en el tiempo presente, hágase necio para llegar a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad en la presencia de Dios, pues está escrito: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los razonamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, nadie se gloríe en hombres, porque todo es vuestro, 22 ya sea Pablo, ya sea Apolos, ya sea Cefas, ya sea el mundo, ya sea la vida, ya sea la muerte, ya sean las cosas presentes, ya sean las cosas venideras, todo es vuestro, 23 y vosotros del Mesías, y el Mesías, de Dios.

Biblia Textual © 1999 por la Sociedad Bíblica Iberoamericana Todos los derechos reservados Derechos internacionales registrados No se permite su reproducción (con excepción de citas breves), ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro sin autorización escrita de los titulares del copyright.

Nueva Versión Internacional (Castellano)

Sobre las divisiones en la iglesia

1 Yo, hermanos, no pude dirigirme a vosotros como a espirituales, sino como a inmaduros,* apenas niños en Cristo. 2 Os di leche porque no podíais asimilar alimento sólido, ni podéis todavía, 3 pues aún sois inmaduros. Mientras haya entre vosotros celos y contiendas, ¿no seréis inmaduros? ¿Acaso no os estáis comportando según criterios meramente humanos? 4 Cuando uno afirma: «Yo sigo a Pablo», y otro: «Yo sigo a Apolos», ¿no es porque estáis actuando con criterios humanos?* 5 Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales vosotros llegasteis a creer, según lo que el Señor le asignó a cada uno. 6 Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer. 8 El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. 9 En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y vosotros sois el campo de cultivo de Dios, sois el edificio de Dios. 10 Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, eché los cimientos, y otro construye sobre ellos. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye, 11 porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. 12 Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, 13 su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. 14 Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, 15 pero, si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego. 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y vosotros sois ese templo. 18 Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para llegar así a ser sabio. 19 Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura. Como está escrito: «Él atrapa a los sabios en su propia astucia»; 20 y también dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios y sabe que son absurdos». 21 Por lo tanto, ¡que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es vuestro, 22 ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas, o el universo, o la vida, o la muerte, o lo presente o lo por venir; todo es vuestro, 23 y vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios.