Sprüche 7 | Neue evangelistische Übersetzung Nueva Versión Internacional

Sprüche 7 | Neue evangelistische Übersetzung

Lass dich nicht verführen! (Lektion 12)

1 Mein Sohn, bewahre meine Worte, / hüte meine Weisung wie einen Schatz! 2 Bewahre meine Gebote, damit du lebst; / hüte sie wie deinen Augapfel. 3 Binde sie um deine Finger, / schreibe sie tief in dein Herz! 4 Nenn die Weisheit deine Schwester / und lass die Einsicht deine Freundin sein, 5 dass sie dich bewahre vor der Frau eines andern, / vor der Fremden, die dir schöne Worte macht. 6 Einmal stand ich am Fenster meines Hauses / und blickte durch das Gitter hinaus. 7 Da bemerkte ich unter den Grünschnäbeln dort / einen jungen Burschen ohne Verstand. 8 Er ging über die Straße, bog um die Ecke / und nahm den Weg zu ihrem Haus. 9 Es war schon in der Dämmerung, / beim Einbruch der Nacht, wenn es dunkel wird. 10 Schau, da kommt eine Frau ihm entgegen, / wie eine Hure aufgemacht, ihre Absicht versteckt. 11 Leidenschaftlich ist sie und hemmungslos; / es hält sie nicht in ihrem Haus. 12 Bald ist sie draußen, bald auf den Plätzen, / an allen Straßenecken lauert sie. 13 Da greift sie ihn und küsst ihn ab / und spricht ihn herausfordernd an: 14 „Ich musste heute ein Freudenopfer* bringen, / nun habe ich mein Versprechen erfüllt. 15 Darum kam ich heraus, dir zu begegnen, / dich habe ich gesucht und gefunden. 16 Ich habe mein Bett neu bezogen. / Es ist buntes ägyptisches Leinen, 17 und ich habe es mit Myrrhe besprengt, / mit Aloë und Zimt. 18 Komm, wir lieben uns die ganze Nacht, / wir berauschen uns an Liebeslust! 19 Denn mein Mann ist nicht zu Hause, / er ist auf Reisen, sehr weit fort. 20 Den Geldbeutel hat er mit sich genommen. / Zum Vollmondtag erst kommt er zurück.“ 21 Mit solchen Worten verleitet sie ihn, / verführt ihn mit schmeichelnden Lippen. 22 Er folgt ihr sofort, / wie ein Ochse, den man zum Schlachten führt, / wie ein Hirsch, den das Fangseil umschlingt, 23 bis ein Pfeil seine Leber zerreißt / und er wie ein Vogel im Fangnetz hängt. / Er weiß nicht, dass es um sein Leben geht. 24 Hört mir zu, ihr jungen Männer! / Merkt euch gut, was ich sage! 25 Lasst euch von solch einer Frau nicht verführen, / verirrt euch nicht auf ihre Spur! 26 Denn sie hat schon viele gefällt und erschlagen, / die Zahl ihrer Todesopfer ist hoch! 27 Ihr Haus ist ein Weg zum Scheol* hinab, / er führt in die Kammern des Todes.
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Advertencia contra la mujer adúltera

1 Hijo mío, pon en práctica* mis palabras y atesora mis mandamientos. 2 Cumple con mis mandatos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos. 3 Llévalos atados en los dedos; anótalos en la tablilla de tu corazón. 4 Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», y a la inteligencia: «Eres de mi sangre.» 5 Ellas te librarán de la mujer ajena, de la adúltera y de sus palabras seductoras. 6 Desde la ventana de mi casa miré a través de la celosía. 7 Me puse a ver a los inexpertos, y entre los jóvenes observé a uno de ellos falto de juicio.* 8 Cruzó la calle, llegó a la esquina, y se encaminó hacia la casa de esa mujer. 9 Caía la tarde. Llegaba el día a su fin. Avanzaban las sombras de la noche. 10 De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas intenciones. 11 (Como es escandalosa y descarada, nunca hallan sus pies reposo en su casa. 12 Unas veces por las calles, otras veces por las plazas, siempre está al acecho en cada esquina.) 13 Se prendió de su cuello, lo besó, y con todo descaro le dijo: 14 «Tengo en mi casa sacrificios de comunión, pues hoy he cumplido mis votos. 15 Por eso he venido a tu encuentro; te buscaba, ¡y ya te he encontrado! 16 Sobre la cama he tendido multicolores linos egipcios. 17 He perfumado mi lecho con aroma de mirra, áloe y canela. 18 Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor; ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer! 19 Mi esposo no está en casa, pues ha emprendido un largo viaje. 20 Se ha llevado consigo la bolsa del dinero, y no regresará hasta el día de luna llena.» 21 Con palabras persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. 22 Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo* que cae en la trampa,* 23 hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello le va la vida. 24 Así que, hijo mío, escúchame; presta* atención a mis palabras. 25 No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes por sus caminos, 26 pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables. 27 Su casa lleva derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte!