1.Mose 47 | Einheitsübersetzung 2016
1Josef ging also hin, berichtete dem Pharao und sagte: Mein Vater und meine Brüder sind mit ihren Schafen, Ziegen und Rindern und mit allem, was ihnen gehört, aus Kanaan gekommen. Siehe, sie sind bereits im Land Goschen.2Aus dem Kreis seiner Brüder hatte er fünf Männer mitgebracht und stellte sie dem Pharao vor.3Der Pharao fragte seine Brüder: Was ist eure Arbeit? Sie antworteten dem Pharao: Schafhirten sind deine Knechte; wir wie schon unsere Väter.4Und sie sagten zum Pharao: Wir sind gekommen, um uns als Fremde im Land aufzuhalten. Es gibt ja keine Weide für die Schafe und Ziegen deiner Knechte, denn schwer lastet die Hungersnot auf dem Land Kanaan. Nun möchten sich deine Knechte im Land Goschen niederlassen.5Darauf sagte der Pharao zu Josef: Dein Vater und deine Brüder sind also zu dir gekommen.6Das Land Ägypten steht dir offen. Im besten Teil des Landes lass deinen Vater und deine Brüder wohnen! Sie sollen sich im Land Goschen niederlassen. Wenn du aber unter ihnen tüchtige Leute kennst, dann setze sie als Aufseher über meine Herden ein!7Darauf führte Josef seinen Vater Jakob hinein und stellte ihn dem Pharao vor. Jakob segnete den Pharao.8Der Pharao redete Jakob an: Wie viele Lebensjahre zählst du?9Jakob gab dem Pharao zur Antwort: Die Zahl der Jahre meiner Pilgerschaft beträgt hundertdreißig. Gering an Zahl und unglücklich waren meine Lebensjahre und sie reichen nicht heran an die Lebensjahre meiner Väter in den Tagen ihrer Pilgerschaft.10Jakob segnete den Pharao und ging von dessen Angesicht weg.11Josef siedelte seinen Vater und seine Brüder an und wies ihnen Grundbesitz im Land Ägypten zu, im besten Teil des Landes, im Land von Ramses, wie der Pharao verfügt hatte.12Josef versorgte seinen Vater und seine Brüder und das ganze Haus seines Vaters mit Brot nach der Zahl der Familienmitglieder.
Josefs Verwaltung in Ägypten
13Im ganzen Land gab es kein Brot, denn die Hungersnot war sehr drückend. Das Land Ägypten und das Land Kanaan waren vor Hunger erschöpft.14Josef hatte alles Geld, das im Land Ägypten und im Land Kanaan im Umlauf war, für das Getreide, das sie kauften, eingezogen und in den Palast des Pharao gebracht.15So war das Geld im Land Ägypten und im Land Kanaan ausgegangen. Alle Ägypter kamen zu Josef und sagten: Gib uns Brot! Warum sollen wir vor deinen Augen umkommen? Das Geld ist nämlich zu Ende.16Liefert euer Vieh ab, sagte Josef, dann gebe ich euch dafür Brot, wenn das Geld zu Ende ist.17So brachten sie ihr Vieh zu Josef und Josef gab ihnen Brot um den Preis der Pferde, ihrer Bestände an Schafen, Ziegen und Rindern und Eseln. Er ernährte sie in jenem Jahr gegen ihren ganzen Viehbestand mit Brot.18Das Jahr ging indes zu Ende und im nächsten Jahr kamen sie und sagten zu ihm: Wir können unserem Herrn nicht verhehlen, dass das Geld zu Ende und unser Viehbestand unserem Herrn zugefallen ist. Wie unser Herr sieht, haben wir nichts mehr als unsere Leiber und unser Ackerland.19Warum sollen wir vor deinen Augen umkommen, wir selbst und auch unser Ackerland? Kauf uns und unsere Äcker um Brot! Wir und unser Ackerland wollen dem Pharao dienstbar sein. Stell Saatgut zur Verfügung, so werden wir am Leben bleiben, wir müssen dann nicht sterben und das Ackerland braucht nicht zu verkommen.20Josef kaufte also das ganze Ackerland der Ägypter für den Pharao auf; denn jeder Ägypter verkaufte sein Feld, weil ihn der Hunger überwältigte. So fiel das Land an den Pharao.21Das Volk aber machte er ihm leibeigen von einem Ende Ägyptens bis zum andern.*22Nur das Ackerland der Priester kaufte er nicht auf, denn den Priestern stand ein festes Einkommen vom Pharao zu; sie verzehrten ihr festes Einkommen, das ihnen der Pharao gewährte. Darum brauchten sie ihr Ackerland nicht zu verkaufen.23Nun sprach Josef zum Volk: Seht, heute habe ich euch und euer Ackerland für den Pharao gekauft. Hier habt ihr Saatgut; bestellt nun die Äcker!24Vom Ertrag liefert ihr dann ein Fünftel dem Pharao ab, vier Teile aber gehören euch als Saatgut für das Feld sowie als Nahrung für euch, für die Leute in euren Häusern und für eure Kinder.25Da antworteten sie: Du hast uns am Leben erhalten. Wenn wir das Wohlwollen unseres Herrn finden, wollen wir gern dem Pharao als Knechte dienen.26So machte es Josef zum Gesetz bis auf den heutigen Tag, dass das Ackerland Ägyptens zugunsten des Pharao mit einem Fünftel zu besteuern ist. Nur das Ackerland der Priester fiel nicht an den Pharao.
Jakobs letzter Wille
27Israel ließ sich im Land Ägypten nieder, im Land Goschen. Sie wurden dort ansässig, waren fruchtbar und vermehrten sich sehr.28Jakob lebte noch siebzehn Jahre im Land Ägypten und die Tage Jakobs, seine Lebensjahre, betrugen hundertsiebenundvierzig Jahre.29Als die Zeit kam, da Israel sterben sollte, rief er seinen Sohn Josef und sagte zu ihm: Wenn ich dein Wohlwollen gefunden habe, leg deine Hand unter meine Hüfte, dass du nach Treu und Glauben an mir handeln wirst: Begrab mich nicht in Ägypten!*30Bin ich zu meinen Vätern entschlafen, dann bring mich fort aus Ägypten und begrab mich in der Grabstätte meiner Väter! Er antwortete: Ich will tun, wie du gesagt hast.31Da sagte Jakob: Leiste mir einen Eid! Er leistete ihm den Eid. Darauf warf sich Israel am Kopfende seines Bettes nieder.
La Biblia Textual
Los israelitas en Gosén Últimos años de la hambruna
1Fue, pues, José y anunció a Faraón, y le dijo: Mi padre y mis hermanos, sus rebaños y vacadas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén.2Y de entre sus hermanos tomó a cinco de ellos, y los presentó ante Faraón.3Entonces Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y respondieron a Faraón: Tus siervos son pastores de ovejas, tanto nosotros como nuestros padres.4También dijeron a Faraón: Hemos venido para habitar en esta tierra, pues la hambruna aprieta en la tierra de Canaán y no hay pasto para las ovejas de tus siervos. Por tanto, te rogamos que permitas que tus siervos habiten en tierra de Gosén.5Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti.6La tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de esa tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos. Que habiten en tierra de Gosén, y si juzgas que hay entre ellos hombres valerosos, ponlos por mayorales de mi ganado.7Luego José tomó a su padre Jacob y lo puso delante de Faraón, y Jacob bendijo a Faraón.8Entonces Faraón dijo a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida?9Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mis peregrinaciones son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones.10Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón.11Y José hizo habitar a su padre y a sus hermanos dándoles posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Rameses, como Faraón había ordenado.12Y abastecía José a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, incluidos los pequeños,13aunque no había alimento en todo el país, y la hambruna era muy grave, y la tierra de Egipto y la de Canaán desfallecían a causa de la hambruna.14Así pues, José recogió toda la plata que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por el grano que le compraban, e ingresó José la plata en la casa de Faraón.15Cuando se hubo acabado la plata de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, todo Egipto acudió a José, diciendo: Danos pan. ¿Por qué hemos de morir en presencia tuya? pues la plata se ha acabado.16Entonces dijo José: Si se ha acabado la plata, entregad vuestro ganado, y yo os daré por vuestro ganado.17Y llevaron sus ganados a José. Entonces José les dio pan por los caballos, por el ganado del rebaño, por el ganado de la vacada, y por los asnos. Y durante aquel año les suministró alimento a cambio de todos sus ganados.18Finalizado aquel año, acudieron a él el segundo año, y le dijeron: No ocultamos a nuestro señor que, puesto que la plata se ha acabado, y también el ganado es de nuestro señor, nada queda delante de nuestro señor sino nuestro cuerpo y nuestro suelo.19¿Por qué hemos de morir ante tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y nosotros y nuestro suelo seremos esclavos de Faraón, pero danos semilla para que podamos vivir y no muramos, y la tierra no sea asolada.20Y José compró para Faraón toda la tierra de Egipto, porque todos los egipcios vendían sus campos, pues la hambruna arreciaba sobre ellos. Así el país llegó a ser de Faraón,21e hizo trasladar al pueblo a las ciudades, de un extremo al otro de Egipto.22Solamente dejó de comprar la tierra de los sacerdotes, porque había un estatuto de Faraón para los sacerdotes, y ellos comían la ración que Faraón les daba. Por eso no tuvieron que vender sus campos.23José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado a vosotros con vuestra tierra para Faraón. Ahí tenéis semilla para sembrar la tierra.24Cuando llegue la cosecha daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar el campo, para alimento vuestro, para los que están en vuestras casas y para alimento de vuestros pequeños.25Respondieron: ¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia a ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón.26Y José lo estableció por estatuto sobre la tierra de Egipto hasta este día: Faraón recibe la quinta parte. Sólo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón.27E Israel habitó en el país de Egipto, en tierra de Gosén, y tomaron posesión en ella, y fructificaron y se multiplicaron en gran manera.28Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, pues fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.29Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José, y le dijo: Si he hallado gracia en tus ojos, pon ahora tu mano bajo mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto.30Que cuando descanse con mis padres, me lleves de Egipto y me entierres en el sepulcro de ellos. Y respondió: Yo haré según tu palabra.31Y él dijo: Júramelo. Y le juró. Entonces Israel se postró a la cabecera de la cama.
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