13他們就把這個從前失明的人帶到法利賽人那裡。14耶穌和泥開他眼睛的那天是安息日。15法利賽人也查問他的眼睛是怎麼復明的。盲人便對他們說:「祂把泥抹在我的眼睛上,我去一洗,眼睛就看見了。」16有些法利賽人說:「那個人不是從上帝那裡來的,因為祂不守安息日。」有些人卻說:「如果祂是個罪人,又怎能行這樣的神蹟呢?」他們就爭論起來。17於是,他們又問那個盲人:「既然祂開了你的眼睛,你認為祂是什麼人?」 他說:「祂是先知。」18猶太人不相信他以前是瞎眼的,現在能看見了,便叫來他的父母,19問他們:「這是你們的兒子嗎?你們不是說他生來就瞎眼嗎?怎麼現在能看見了?」20他父母回答說:「我們知道他是我們的兒子,生來雙目失明。21至於他現在怎麼能看見了,我們就不知道了。是誰醫好了他,我們也不知道。他現在已經長大成人,你們可以去問他,他自己可以回答。」22他父母因為害怕那些猶太人,所以才這樣說,因為那些猶太人早就商量好了,誰承認耶穌是基督,就把他趕出會堂。23因此他父母才說他已經長大成人,叫他們去問他。24法利賽人又把那個從前失明的人叫來,對他說:「你應該把榮耀歸給上帝*!我們知道那個人是罪人。」25他說:「祂是不是罪人,我不知道;我只知道從前我是瞎眼的,現在能看見了。」26他們就問他:「祂向你做了些什麼?祂是怎樣醫好你眼睛的?」27他回答說:「我已經告訴過你們了,你們不聽,現在又問,難道你們也想作祂的門徒嗎?」28他們就罵他:「你才是祂的門徒!我們是摩西的門徒。29我們知道上帝曾對摩西講話,至於這個人,我們不知道祂是從哪裡來的。」30那人說:「祂開了我的眼睛,你們竟不知道祂從哪裡來,真是奇怪。31我們知道上帝不聽罪人的禱告,只聽那些敬拜祂、遵行祂旨意者的禱告。32從創世以來,從未聽過有人能把天生失明的人醫好。33如果這個人不是從上帝那裡來的,就什麼也不能做。」34法利賽人斥責他:「你這生來就深陷罪中的傢伙,居然敢教導我們!」於是把他趕了出去。35耶穌聽說了這事,後來祂找到這個人,對他說:「你信上帝的兒子嗎?」36他說:「先生,誰是上帝的兒子?我要信祂。」37耶穌說:「你已經看見祂了,現在跟你說話的就是祂。」38他說:「主啊!我信!」他就敬拜耶穌。39耶穌說:「我為了審判來到這世界,使瞎眼的可以看見,使看得見的反成了瞎眼的。」40有些跟祂在一起的法利賽人聽了這句話,就問:「難道我們也瞎了眼嗎?」41耶穌說:「如果你們是瞎眼的,就沒有罪了。但現在你們自稱看得見,所以你們的罪還在。」
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Jesús sana a un ciego de nacimiento
1A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.2Y sus discípulos le preguntaron: ―Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?3―Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.4Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche, cuando nadie puede trabajar.5Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo.6Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y lo untó en los ojos del ciego, diciéndole:7―Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía.8Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían: «¿No es este el que se sienta a mendigar?»9Unos aseguraban: «Sí, es él». Otros decían: «No es él, sino que se le parece». Pero él insistía: «Soy yo».10―¿Cómo entonces se te han abierto los ojos? —le preguntaron.11―Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro, me lo untó en los ojos y me dijo: “Ve y lávate en Siloé”. Así que fui, me lavé, y entonces pude ver.12―¿Y dónde está ese hombre? —le preguntaron. ―No lo sé —respondió.
Las autoridades investigan la sanidad del ciego
13Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.14Era sábado cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos al ciego.15Por eso los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había recibido la vista. ―Me untó barro en los ojos, me lavé, y ahora veo —respondió.16Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado». Otros objetaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales?» Y había desacuerdo entre ellos.17Por eso interrogaron de nuevo al ciego: ―¿Y qué opinas tú de él? Fue a ti a quien te abrió los ojos. ―Yo digo que es profeta —contestó.18Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y que ahora viera, y hasta llamaron a sus padres19y les preguntaron: ―¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver?20―Sabemos que este es nuestro hijo —contestaron los padres—, y sabemos también que nació ciego.21Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Preguntádselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.22Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.23Por eso dijeron sus padres: «Preguntádselo a él, que ya es mayor de edad».24Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron: ―¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.25―Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.26Pero ellos le insistieron: ―¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?27―Ya os lo dije y no me hicisteis caso. ¿Por qué queréis oírlo de nuevo? ¿Es que también vosotros queréis haceros sus discípulos?28Entonces lo insultaron y le dijeron: ―¡Discípulo de ese lo serás tú! ¡Nosotros somos discípulos de Moisés!29Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de este no sabemos ni de dónde salió.30―¡Ahí está lo sorprendente! —respondió el hombre—: que vosotros no sepáis de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos.31Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos y a quienes hacen su voluntad.32Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que naciera ciego.33Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada.34Ellos replicaron: ―Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones? Y lo expulsaron.
La ceguera espiritual
35Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre, y al encontrarlo le preguntó: ―¿Crees en el Hijo del hombre?36―¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.37―Pues ya lo has visto —le contestó Jesús—; es el que está hablando contigo.38―Creo, Señor —declaró el hombre. Y, postrándose, lo adoró.39Entonces Jesús dijo: ―Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.40Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: ―¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?41Jesús les contestó: ―Si fuerais ciegos, no seríais culpables de pecado, pero, como afirmáis ver, vuestro pecado permanece.
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