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Jeremia 7,3 | La Biblia Textual Nueva Versión Internacional (Castellano)

Jeremia 7,3 | La Biblia Textual

Obediencia antes que sacrificios

1 Oráculo que tuvo Jeremías de parte YHVH, que decía: 2 Ponte en la puerta de la Casa de YHVH, y proclama allí esta palabra. Di: ¡Oíd el oráculo de YHVH, todos los habitantes de Judá que entráis por estas puertas para postrarse ante YHVH! 3 Así dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: ¡Enmendad vuestros caminos y vuestras obras y os dejaré habitar en este lugar! 4 No confiéis en palabras engañosas, que dicen: ¡Casa de YHVH, Casa de YHVH, Casa de YHVH es ésta! 5 Porque si enmendáis perfectamente vues­tros caminos y vuestras obras, si en verdad administráis justicia entre el hombre y su prójimo, 6 y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derramáis sangre inocente en este lugar, ni andáis tras otros dioses para vuestro propio perjuicio, 7 entonces os dejaré habitar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres desde siempre y para siempre. 8 He aquí que os confiáis en palabras engañosas que no aprovechan. 9 Robando, asesinando y adulterando, y jurando en falso, y quemando incienso a Baal, y andando tras otros dioses que no habíais conocido, 10 ¿vendréis y os pondréis ante mí en esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre, y diréis: Somos libres (para seguir haciendo tales abominaciones)? 11 ¿Acaso esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre, es una cueva de ladrones ante vuestros ojos? He aquí que Yo, sí, Yo mismo lo he visto, dice YHVH. 12 Ahora pues, id a mi lugar que estaba en Silo, donde hice morar mi Nombre al principio, y ved lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. 13 Ahora pues, por haber cometido tales acciones, dice YHVH, y por cuanto os hablé madrugando y sin cesar, y no quisisteis escuchar, y os llamé, y no habéis respondido, 14 haré con esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre (en la que vosotros estáis confiados), y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, lo mismo que hice con Silo, 15 y os echaré de mi presencia, así como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín. 16 Y tú, no intercedas por este pueblo, ni levantes clamor por ellos ni oración, ni me ruegues, porque no te oiré. 17 ¿Acaso no ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem? 18 Los hijos recogen leña, los padres encienden fuego, y las mujeres preparan la masa para hacer tortas en honor de la reina de los cielos, y para provocarme a ira derraman libaciones a dioses extranjeros. 19 ¿A mí me provocan a ira? dice YHVH, ¿Acaso no actúan para su propia vergüenza? 20 Por eso, así dice Adonay YHVH: He aquí mi ira y mi ardiente indignación son derramados sobre este lugar, sobre hombres y bestias, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Se encenderá y no se apagará.

La rebelión de Judá

21 Así dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: ¡Juntad vuestros holocaustos a vuestros sacrificios, y comed la carne! 22 Porque nada dije a vuestros padres, ni nada les mandé en el día en que los saqué de la tierra de Egipto respecto a holocaustos y sacrificios. 23 Sino que les mandé, diciendo: Escuchad mi voz y Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; andad en todo el camino que os he ordenado para que os vaya bien. 24 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según su propio consejo, y fueron hacia atrás y no hacia delante. 25 Desde el día en que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy, os he enviado a todos mis siervos los profetas, madrugando cada día sin cesar os los he enviado. 26 Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz y fueron peores que sus padres. 27 Tú pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharán; y los llamarás, pero no te responderán. 28 Entonces les dirás: ¡Ésta es la nación que no escucha la voz de YHVH su Dios, ni admite corrección! Ya pereció la verdad, y ha sido desterrada de su boca. 29 ¡Corta tus guedejas y échalas de ti, y levanta endechas sobre las alturas! porque YHVH ha desechado y repudiado a la generación objeto de su ira. 30 Por cuanto los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice YHVH, han puesto sus ídolos detestables en la Casa sobre la cual es invocado mi Nombre, para profanarla, 31 y han edificado los lugares altos de Tófet, que están en el valle de Ben-Hinom, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que Yo no les mandé, ni ha subido a mi corazón. 32 Por tanto, he aquí vienen días, dice YHVH, en que no será llamado más Tófet ni Valle de Ben-Hinom, sino Valle de la Matanza, porque sepultarán en Tófet hasta no haber lugar. 33 Y los cadáveres de este pueblo servirán de pasto a las aves de los cielos y a las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante. 34 Y en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, haré cesar la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, porque esta tierra vendrá a ser una desolación.

Biblia Textual © 1999 por la Sociedad Bíblica Iberoamericana Todos los derechos reservados Derechos internacionales registrados No se permite su reproducción (con excepción de citas breves), ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro sin autorización escrita de los titulares del copyright.

Nueva Versión Internacional (Castellano)

La religión falsa e inútil

1 Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR: 2 «Párate a la entrada de la casa del SEÑOR, y desde allí proclama este mensaje: ¡Escuchad la palabra del SEÑOR, todos vosotros, habitantes de Judá que entráis por estas puertas para adorar al SEÑOR! 3 Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y yo os dejaré seguir viviendo en este país. 4 No confiéis en esas palabras engañosas que repiten: ‘¡Este es el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR!’ 5 Si en verdad enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si en verdad practicáis la justicia los unos con los otros, 6 si no oprimís al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, ni seguís a otros dioses para vuestro propio mal, 7 entonces os dejaré seguir viviendo en este país, en la tierra que di a vuestros antepasados para siempre. 8 »”¡Pero vosotros confiáis en palabras engañosas, que no tienen validez alguna! 9 Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a otros dioses que jamás conocisteis, 10 ¡y venís y os presentáis ante mí en esta casa que lleva mi nombre, y decís: ‘Estamos a salvo’, para luego seguir cometiendo todas estas abominaciones! 11 ¿Creéis acaso que esta casa que lleva mi nombre es una cueva de ladrones? ¡Pero si yo mismo lo he visto! —afirma el SEÑOR—. 12 »”Id ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y ved lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel. 13 Y ahora, puesto que vosotros habéis hecho todas estas cosas —afirma el SEÑOR—, y puesto que una y otra vez os he hablado y no me habéis querido escuchar, y puesto que os he llamado y no me habéis respondido, 14 lo mismo que hice con Siló haré con esta casa que lleva mi nombre y en la que vosotros confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros antepasados. 15 Os echaré de mi presencia, así como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín”. 16 »Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos. No me insistas, porque no te escucharé. 17 ¿Acaso no ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres hacen la masa para cocer tortas y ofrecérselas a la “reina del cielo”. Además, para ofenderme derraman libaciones a otros dioses. 19 Pero no es a mí al que ofenden —afirma el SEÑOR—. Más bien se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza. 20 »Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: “Descargaré mi enojo y mi furor sobre este lugar: sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra, ¡y arderá mi enojo y no se apagará!” 21 »Así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “¡Juntad vuestros holocaustos con vuestros sacrificios, y comeos la carne! 22 En verdad, cuando yo saqué de Egipto a vuestros antepasados, no les dije nada ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios. 23 Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedecedme. Así yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Conducíos conforme a todo lo que yo os ordene, para que os vaya bien’. 24 Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron. 25 Desde el día en que vuestros antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviaros, día tras día, a mis servidores los profetas. 26 Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados”. 27 »Tú les dirás todas estas cosas, pero no te escucharán. Los llamarás, pero no te responderán. 28 Entonces les dirás: “Esta es la nación que no ha obedecido la voz del SEÑOR su Dios, ni ha aceptado su corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca. 29 »”Córtate la cabellera, y tírala; eleva tu lamento en las lomas desoladas, porque el SEÑOR ha rechazado y abandonado a la generación que provocó su ira.

El Valle de la Matanza

30 »”La gente de Judá ha hecho el mal que yo detesto —afirma el SEÑOR—. Han profanado la casa que lleva mi nombre al instalar allí sus ídolos abominables. 31 Además, construyeron el santuario pagano de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la mente. 32 Por eso llegarán días —afirma el SEÑOR— cuando ya no lo llamarán más Tofet ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza; y, a falta de otro lugar, en Tofet enterrarán a sus muertos. 33 Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante. 34 Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo y los cánticos del novio y de la novia, porque el país se convertirá en desolación.