Hesekiel 7,17 | La Biblia Textual Nueva Versión Internacional (Castellano)

Hesekiel 7,17 | La Biblia Textual

Llega el día

1 Vino a mí palabra de YHVH diciendo: 2 Tú, hijo de hombre, di: Así dice Adonay YHVH a la tierra de Israel: ¡El fin llega! ¡El fin llega a los cuatro extremos de la tierra! 3 Ahora el fin viene sobre ti: Lanzaré mi ira contra ti, te juzgaré según tus caminos, y traeré sobre ti todas tus abominaciones. 4 Mi ojo no te perdonará ni tendré misericordia: traeré tus caminos sobre ti, y te quedarás con tus abominaciones, y sabréis que Yo soy YHVH. 5 Así dice Adonay YHVH: Se avecina desgracia tras desgracia: 6 ¡El fin llega, llega el fin! Se despierta contra ti: ¡He aquí, llega! 7 Te llega el turno, oh habitante del país; llega el tiempo, cercano está el día: Día de tumulto y no de grito de alegría sobre los montes. 8 Muy en breve derramaré mi indignación sobre ti, desahogaré mi ira en ti, te juzgaré según tus caminos, y pagarás tus abominaciones. 9 Mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: te recompensaré según tus caminos, y te quedarás con tus abominaciones, y sabréis que Yo, YHVH, soy el que castiga. 10 ¡Ahí está el día; te está llegando! ¡Ha salido tu turno! Florece la injusticia, madura la soberbia; 11 la violencia triunfa hasta convertirse en cetro del malvado. Pero no quedará nada de ellos, ni de su multitud, ni de su hacienda, ni habrá quien se lamente por ellos. 12 ¡Llega el día, el día se avecina! El que compra no se alegre, y el que venda no esté triste, porque la ira gravita sobre toda la multitud. 13 El vendedor no recobrará lo vendido ni el comprador retendrá lo comprado, porque la ira gravita sobre toda la multitud, y no se revocará, y a causa de su propia iniquidad, nadie podrá preservar su vida. 14 Tocarán la trompeta, todo estará presto, pero no habrá quien vaya al combate, porque la ira gravita sobre toda la multitud. 15 ¡Por fuera la espada, por dentro la peste y el hambre! El que está en el descampado morirá a espada, y al que está en la ciudad lo devorará la hambruna y la pestilencia. 16 Los que escapen huyendo a las montañas, estarán como las palomas de los valles: todos zureando, cada uno por su iniquidad. 17 Todos los brazos desfallecerán, todas las rodillas flaquearán. 18 Se ceñirán de sayal, se cubrirán de espanto. Todo rostro estará consternado y toda cabeza rapada. 19 Tirarán la plata por las calles, tendrán el oro por basura. Ni su oro ni su plata podrán salvarlos en el día de la ira de YHVH, porque eso ha sido su tropiezo y su pecado. No les quitarán el hambre ni les llenarán el vientre. 20 Ensoberbecidos por la belleza de sus joyas, fabricaron con ellas las imágenes de sus ídolos abominables, pero Yo los convertiré en inmundicia, 21 y lo entregaré como botín en mano de extranjeros, como presa para los impíos de la tierra, los cuales lo profanarán. 22 Y apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi Lugar Secreto; entrarán los invasores y lo profanarán. 23 Prepara grilletes: el país está lleno de crímenes sangrientos y la ciudad repleta de violencia. 24 Por tanto, Yo traeré a los pueblos más feroces, para que se adueñen de sus casas, pondré fin al orgullo de los poderosos, y serán profanados sus santuarios. 25 Cuando llegue el pánico, buscarán la paz, pero no la habrá. 26 Vendrá calamidad sobre calamidad, y alarma tras alarma; pedirán visiones al profeta, pero la Ley estará lejos del sacerdote, y el consejo de los ancianos. 27 El rey se vestirá de desolación y los príncipes de espanto, y temblarán las manos del pueblo de la tierra. Los trataré conforme a sus caminos, los juzgaré conforme a su justicia, y sabrán que Yo soy YHVH.

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Nueva Versión Internacional (Castellano)

El fin ha llegado

1 El SEÑOR me habló diciendo: 2 «Hijo de hombre, así dice el SEÑOR omnipotente al pueblo de Israel: ¡Te llegó la hora! Ha llegado el fin para todo el país. 3 ¡Te ha llegado el fin! Descargaré mi ira sobre ti; te juzgaré según tu conducta y te pediré cuentas de todas tus acciones detestables. 4 No voy a tratarte con piedad ni a tener compasión de ti, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo soy el SEÑOR. 5 »Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡Las desgracias se siguen unas a otras! 6 ¡Ya viene la hecatombe; tu fin es inminente! 7 Te ha llegado la hora, habitante del país. Ya viene la hora, ya se acerca el día. En las montañas no hay alegría, sino pánico. 8 Voy a descargar sobre ti mi furor; desahogaré mi enojo contra ti. Te juzgaré según tu conducta; te pediré cuentas por todas tus acciones detestables. 9 No voy a tratarte con piedad ni a tener compasión de ti, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo, el SEÑOR, también puedo herir. 10 »¡Ya llegó el día! ¡Ya está aquí! ¡Tu suerte está echada! Florece la injusticia,* germina el orgullo, 11 y la violencia produce frutos de maldad. Nada quedará de vosotros* ni de vuestra multitud; nada de vuestra riqueza ni de vuestra opulencia.* 12 Llegó la hora; este es el día. Que no se alegre el que compra ni llore el que vende, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud. 13 Y aunque el vendedor siga con vida, no recuperará lo vendido. Porque no se revocará la visión referente a toda su multitud, y por su culpa nadie podrá conservar la vida. 14 Aunque toquen la trompeta y preparen todo, nadie saldrá a la batalla, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud. 15 »Allá afuera hay guerra; y aquí adentro, peste y hambre. El que esté en el campo morirá a filo de espada, y el que esté en la ciudad se morirá de hambre y de peste. 16 Los que logren escapar se quedarán en las montañas como palomas del valle, cada uno llorando por su maldad. 17 Desfallecerá todo brazo y temblará toda rodilla. 18 Se vestirán de luto, y el terror los dominará. Se llenarán de vergüenza y se convertirán en objeto de burla.* 19 La plata la arrojarán a las calles, y el oro lo verán como basura. En el día de la ira del SEÑOR, ni su oro ni su plata podrán salvarlos, ni les servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de su caída. 20 Se enorgullecían de sus joyas hermosas, y las usaron para fabricar sus imágenes detestables y sus ídolos despreciables. Por esta razón convertiré esas joyas en algo repugnante. 21 Haré que vengan los extranjeros y se las roben, y que los malvados de la tierra se las lleven y las profanen. 22 Alejaré de ellos mi presencia, y mi templo será profanado; entrarán los invasores y lo profanarán. 23 »Prepara las cadenas,* porque el país se ha llenado de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24 Haré que las naciones más violentas vengan y se apoderen de sus casas. Pondré fin a la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25 Cuando la desesperación los atrape, en vano buscarán la paz. 26 Una tras otra vendrán las desgracias, al igual que las malas noticias. Del profeta demandarán visiones; la instrucción se alejará del sacerdote, y a los jefes del pueblo no les quedarán consejos. 27 El rey hará duelo, el príncipe se cubrirá de tristeza, y temblarán las manos del pueblo. Yo los trataré según su conducta, y los juzgaré según sus acciones. Así sabrán que yo soy el SEÑOR».