1.Mose 34

Einheitsübersetzung 2016

von Katholisches Bibelwerk
1 Dina, die Tochter, die Lea Jakob geboren hatte, ging aus, um sich unter den Töchtern des Landes umzusehen.[1] (2Sam 13,1)2 Sichem, der Sohn des Hiwiters Hamor, des Landesfürsten, erblickte sie; er ergriff sie, legte sich zu ihr und vergewaltigte sie.3 Seine Seele hängte sich an Dina, die Tochter Jakobs, er liebte das Mädchen und redete ihm zu Herzen.4 Zu seinem Vater Hamor sagte Sichem: Nimm mir dieses Mädchen zur Frau!5 Jakob hörte, dass man seine Tochter Dina entehrt hatte. Seine Söhne waren gerade auf dem Feld bei seiner Herde. Jakob aber schwieg bis zu ihrer Rückkehr.6 Da kam Hamor, der Vater Sichems, zu Jakob heraus, um mit ihm darüber zu reden.7 Als Jakobs Söhne vom Feld kamen und davon erfuhren, empfanden sie das als Beleidigung und wurden sehr zornig. Denn Sichem hatte eine Schandtat an Israel begangen, weil er bei der Tochter Jakobs gelegen hatte; so etwas darf man nicht tun.8 Hamor redete mit ihnen und sagte: Mein Sohn Sichem hat zu eurer Tochter Zuneigung gefasst. Gebt sie ihm doch zur Frau!9 Verschwägern wir uns; gebt uns eure Töchter und nehmt euch die unseren!10 Ihr könnt euch bei uns ansiedeln und das Land steht euch offen. Bleibt da, zieht umher und siedelt euch an!11 Sichem sagte zu Dinas Vater und zu ihren Brüdern: Finde ich Wohlwollen in euren Augen, dann will ich geben, was ihr auch von mir verlangt.12 Legt mir ruhig einen hohen Brautpreis und eine Gabe auf! Ich will geben, was ihr von mir verlangt. Nur gebt mir das Mädchen zur Frau!13 Die Söhne Jakobs antworteten Sichem und seinem Vater Hamor, aber sie redeten mit Hinterlist, weil er ihre Schwester entehrt hatte.14 Sie sagten zu ihnen: Wir können uns nicht darauf einlassen, unsere Schwester einem Unbeschnittenen zu geben; denn das gilt bei uns als Schande.15 Nur unter der Bedingung gehen wir darauf ein, dass ihr so werdet wie wir und alle männlichen Personen beschneiden lasst.16 Dann würden wir euch unsere Töchter geben und wir könnten eure Töchter nehmen; wir könnten mit euch zusammenwohnen und ein einziges Volk werden.17 Wollt ihr aber von der Beschneidung nichts wissen, so nehmen wir unsere Tochter zurück und ziehen fort.18 Ihre Worte waren gut in den Augen Hamors und seines Sohnes Sichem.19 Der junge Mann verlor keine Zeit, die Angelegenheit zu regeln; denn er hatte die Tochter Jakobs lieb und er war der Angesehenste von allen im Hause seines Vaters.20 Hamor und sein Sohn Sichem gingen an das Tor ihrer Stadt und sprachen zu ihren Mitbürgern:21 Diese Männer leben in Frieden mit uns. Sie sollen sich im Land ansiedeln und darin umherziehen. Siehe, das Land hat nach allen Seiten Platz genug für sie. Wir könnten ihre Töchter zu Frauen nehmen und unsere Töchter ihnen geben.22 Allerdings sind die Männer nur unter dieser Bedingung einverstanden, mit uns zusammenzuwohnen und ein einziges Volk zu werden, wenn sich bei uns alle Männer beschneiden lassen, so wie sie beschnitten sind.23 Ihre Herden, ihr Besitz und all ihr Vieh, könnte das nicht uns gehören? Gehen wir also auf ihren Vorschlag ein, dann werden sie bei uns bleiben.24 Alle, die durch das Tor seiner Stadt auszogen, hörten auf Hamor und seinen Sohn Sichem; und alle Männer, alle, die durch das Tor seiner Stadt auszogen, ließen sich beschneiden.25 Am dritten Tag aber, als sie Schmerzen hatten, griffen zwei Söhne Jakobs, Simeon und Levi, die Brüder Dinas, jeder zu seinem Schwert, drangen unbehelligt in die Stadt ein und brachten alles Männliche um.26 Hamor und seinen Sohn Sichem töteten sie mit der Schärfe des Schwertes, holten Dina aus dem Hause Sichems und gingen davon.27 Dann machten sich die Söhne Jakobs über die Erschlagenen her und plünderten die Stadt, weil man ihre Schwester entehrt hatte.28 Ihre Schafe und Rinder, ihre Esel und was es sonst in der Stadt oder auf dem Feld gab nahmen sie mit.29 Ihre ganze Habe, all ihre Kinder und Frauen führten sie fort und plünderten alles, was sich in den Häusern fand.30 Jakob sagte darauf zu Simeon und Levi: Ihr stürzt mich ins Unglück. Ihr habt mich in Verruf gebracht bei den Bewohnern des Landes, den Kanaanitern und Perisitern. Ich habe nur wenige Männer. Jene werden sich gegen mich zusammentun und mich schlagen. Dann werden wir - ich und mein Haus - ausgerottet werden. (1Mo 49,5)31 Die Söhne aber sagten: Durfte er unsere Schwester wie eine Dirne behandeln?

1.Mose 34

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió a ver a las hijas de aquella tierra.2 Y la vio Siquem, hijo de Hamor, el heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, se acostó con ella, y la humilló.3 Pero su alma se apegó a Dina, la hija de Jacob, y se enamoró de la muchacha, y habló al corazón de la muchacha.4 Y habló Siquem a su padre Hamor diciendo: Tómame a esta jovencita por mujer.5 Y oyó Jacob que él había contaminado a su hija Dina, pero como sus hijos estaban con su ganado en el campo, Jacob guardó silencio hasta la llegada de ellos.6 Entonces Hamor, padre de Siquem, salió a Jacob para tratar con él.7 Cuando los hijos de Jacob regresaron del campo y lo oyeron, aquellos varones se indignaron y se enardecieron en gran manera, porque había hecho vileza a Israel acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía hacer.8 Pero Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija, os ruego se la deis por mujer.9 Emparentad con nosotros, dadnos vuestras hijas y tomad nuestras hijas para vosotros.10 Habitad con nosotros, y la tierra estará delante de vosotros, morad y negociad en ella, y adquirid posesión en ella.11 Y dijo Siquem al padre de ella y a sus hermanos: Halle yo gracia ante vuestros ojos, y daré lo que me digáis.12 Aumentad a cargo mío mucha dote y regalos, que yo daré cuanto me digáis, pero dadme la muchacha por mujer.13 Los hijos de Jacob respondieron con doblez a Siquem y a Hamor su padre, pues había violado a su hermana Dina.14 Les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a un hombre que tenga prepucio, porque es afrenta para nosotros.15 Sólo con esto os consentiremos: que lleguéis a ser como nosotros, circuncidando entre vosotros a todo varón.16 Entonces os daremos nuestras hijas y tomaremos las vuestras, y habitaremos con vosotros y llegaremos a ser un pueblo.17 Pero si no aceptáis ser circuncidados, entonces tomaremos nuestra hija, y nos iremos.18 Y las palabras de ellos parecieron buenas ante los ojos de Hamor y ante los ojos de Siquem, hijo de Hamor.19 Y no demoró el muchacho en hacer aquello, porque se deleitaba con la hija de Jacob, y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.20 Y fueron Hamor y Siquem su hijo a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de su ciudad, diciendo:21 Estas gentes son pacíficas con nosotros, habitarán en la tierra y traficarán en ella, pues mirad, la tierra es bastante ancha para ellos. Tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos nuestras hijas.22 Pero sólo con esto consentirán en habitar con nosotros para ser un pueblo: que todo varón nuestro sea circuncidado, así como ellos están circuncidados.23 ¿Acaso no llegarán a ser nuestros su ganado, y su hacienda y todos sus animales? Sólo convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.24 Y todos los que salían a la puerta de su ciudad obedecieron a Hamor y a su hijo Siquem, y fue circuncidado todo varón, cuantos salían a la puerta de su ciudad.25 Y aconteció al tercer día, cuando ellos estaban más adoloridos, que dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomando cada uno su cuchillo, llegaron contra la ciudad confiada y asesinaron a todos los hombres.26 Y asesinaron a filo de cuchillo a Hamor y a Siquem su hijo, y sacaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron.27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían violado a su hermana.28 Y tomaron sus ovejas, sus vacas y sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo,29 y toda su hacienda, y se llevaron cautivas a todas sus criaturas y sus mujeres, y saquearon todo lo que había en la casa.30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado haciéndome apestoso ante los moradores de esta tierra: el cananeo y el ferezeo. Yo tengo escaso número de hombres, y se juntarán contra mí, me atacarán, y yo y mi casa seremos exterminados.31 Pero dijeron ellos: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?